Acaba con la procrastinación y desbloquea tus ventas

La procrastinación es un hábito peligroso, capaz de destruir empresas. Al fin y al cabo, el emprendimiento exige autonomía y rapidez para seguir las tendencias.

Aunque muchos emprendedores lo saben, siguen en un camino de altibajos en relación a su energía para trabajar. De esta forma, la empresa se vuelve inestable y las ventas superficiales.

La procrastinación es un hábito que se puede cambiar. Por eso, consulta algunos consejos para resolver este problema y comenzar a invertir mejor tu tiempo y energía en la empresa.

Inseguridad personal

Uno de los mayores desafíos para algunos emprendedores es lidiar con su propia autoestima. Algunas inseguridades originadas de situaciones familiares y sociales pueden hacer que el emprendedor cuestione sus propias habilidades.

De esta forma, tiene tanto miedo de fracasar que ya no cree en su capacidad. Para lidiar con esto, comienza a boicotear sus propias estrategias, dejándolas para después.

Una forma muy eficaz de lidiar con esto es buscar mentoría. Un mentor lo acompañará de cerca y lo guiará de una manera más personalizada. Así, el emprendedor tendrá en quién apoyarse cuando sienta inseguridad.

Miedo al mercado

El proyecto parece bueno, pero a la hora de ponerlo en práctica, aparece el miedo a los competidores. Especialmente, cuando ve tantas empresas actuando en el área con más experiencia y territorio.

Con tantos competidores, cree que no tiene nada especial que ofrecer, nada que lo haga destacar entre ellos. Por eso, cree que llega tarde y es incapaz de alcanzar lo que las otras han conseguido.

Para resolver esto, la mejor estrategia es acercarse a ellos, en lugar de esconderse. A través de un Sistema de Fidelización, los competidores se convierten en aliados. Además, es importante estudiar a los competidores y las tendencias de mercado para mantener la empresa actualizada.

Expectativas frustradas

Cuando el emprendedor comienza a emprender, por lo general, no puede evaluar todas las piedras que estarán en el camino. Entonces, muchos desafíos que aparecen son inesperados y pueden desanimar.

La mayoría de las veces, el cansancio llega y sobrecarga al emprendedor, que confunde el descanso con la procrastinación. Así, el pensamiento negativo predomina a la hora de hacer proyecciones futuras.

Haz una nueva planificación basada en la nueva información que tienes, así te organizas nuevamente de una manera más lúcida. Enfrenta los problemas como escalones que subir.



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